Crónica de Red Innova 2012


Por Javier de Rivera.

Por fín este año he conseguido un código promocional para ir a Red Innova 2012. En 2010 lo busqué como loco pero no lo encontré y esta semana me ha llegado sin tener que buscarlo. Eso quizás tiene relación con la primera impresión que me ha dado Red Innova: me parece que cada vez despierta menos interés y me aventuraría a decir que incluso el número de participantes parece haber bajado. Y es que el rollito ese guay del Social Media Marketing y el Dospuntocerismo ya parece que ha pasado un poco de moda, quizás eclipsado por los usos sociales y políticos de las Tecnologías sociales. Me refiero concretamente a los discursos del tipo: ” se abren nuevas oportunidades de negocio como Community Manager”, “si quieres encontrar trabajo, ¡trabájate tu marca personal!”, “con el Social Media las marcas y los clientes conversan”, “para triunfar hay que conocer la comunicación de dos direcciones”, “no hago clientes, hago relaciones”, y ese tipo de cosas, que pierden su lustre cuando ya todo el mundo sabe que no hay trabajo para todos, que la exclusión y los problemas sociales son estructurales, y que el sistema de mercanilización de las relaciones empobrece la vida social. Que, sí, la marca personal te puede ayudar a encontrar trabajo, pero no va a solucionar el problema del paro. Que sí, que una start up tecnológica te puede hacer rico y dar trabajo a jóvenes innovadores, pero eso no va a cambiar el modelo productivo (ni solucionar el problema del paro, porque elimina los puestos de trabajo de la competencia). En fin… ese tipo de cosas que creo que los lectores de este blog ya saben de largo.

Pero aún así, fui. “Seguro que hay algo interesante”, pensé. Y siempre se pueden aprender cosas prácticas sobre cómo montar una empresa o cómo entender lo que hacen las empresas grandes.

La primera conferencia a la que fui iba precisamente de eso último. El jueves a las 13h (Ver programa): La ciudad en tiempo real: como usar los datos al servicio del ciudadano, por M. Soria, Smart Cities Manager, BBVA. Trataba de cómo BBVA ‘trackea’ los datos de compra de las tarjetas de crédito-débito para aprender sobre el comportamiento del consumidor. Como se puede ver en este vídeo que nos puso en la sesión (sin la musica horrible, recomiendo quitarla), los rastros que dejan los pagos con tarjeta permiten hacer un mapa dinámico de los flujos de consumo de la población. “En los fines de semana, se encienden las luces amarillas por toda España, son los pagos en gasolineras”, “y por las noches, podemos ver cómo se ilumina en rojo toda la costa y Madrid, son los pagos en bares”.

Toooooda la dinámica de las transacciones comerciales queda registrada en jugosas bases de datos en las que un apasionado y obsesivo sociólogo se zambulliría y se perdería con gusto (hace años hubiera babeado con sólo pensar en esas bases de datos). Otras verbatim aproximados del ponente son: “Aquí [un gráfico de Madrid] vemos cómo en determinados barrios de Madrid, el gasto medio es mayor (en rojo) que en otros (en verde)“, “y aquí [muestra otro gráfico] cruzamos nuestros datos con la localización de las fotos subidas a Flickr [creo que era] que muestran las zonas turísticas, y vemos que coinciden en gran medida…“. Vamos que también las redes sociales y servicios de Internet permiten esa generación ingente de datos sobre la sociedad, que sirven para entender mejor sus dinámicas y para ayudarles, normalmente a consumir mejor.

No quiero caer en el típico discurso anti-capitalista de que todo lo relacionado con el mercado es malo, porque lo cierto es que el mercado es casi lo único que conocemos en la práctica. Pero si creo que todo sociólogo medianamente maduro que observe estas tendencias tiene que plantearse la pregunta: ¿Para qué sirven realmente esos datos? ¿Qué tipo de sociedad y de relaciones de poder se van a constituir en una sociedad en la que se dispone de esa cantidad infinita de bases de datos?

La educación, sí, la educación en nuevas tecnologías puede ser la única forma de que esta hiper-tecnificación del mundo, o digitalización masiva de la sociedad, tengan un resultado final positivo. De eso iba la siguiente comunicación Mesa Redonda: La educación, ¿qué estamos haciendo mal? moderada por esa brillante psicóloga social y educadora que es Dolors Reig , junto a unos señores mayores de 40 o 50 años (siempre he creido que para hablar de educación hay que traer a gente que hace poco eran alumnos, y no me vale eso de que “están aprendiendo toda la vida”). Una charla sin intervención del público sobre lugares comunes sobre la relación entre educación y nuevas tecnologías, ¿y todavía se pregunta qué estámos haciendo mal?! No escuchar, eso estamos haciendo mal. No atender a lo que realmente pasa y seguir repitiendo los latiguillos que hacen que nos inviten a Red Innova cada año. Me dormí. Si, me dormí porque tenía sueño y me aburría. Al menos la gente de alrededor tuvo algo que comentar sobre mi extraña postura (tuerzo el cuello hacia un lado y apoyo la cabeza en horizontal sobre el hombro).

Al día siguiente volví. Para mi sorpresa ví cómo Kay Kuehne, un jóven con acento extrangero, comenzaba su ponencia hablando del continente de basura plástica que flota sobre el oceano pacífico y sobre consumo colaborativo (no llegó a decir consumo responsable, pero casi es lo mismo). Incluso citó un libro de Rachel Botsman sobre el tema, (¡Citó un libro, si, CITÓ UN LIBRO!!!) mostrando que al menos existe algo de desarrollo teórico sobre el tema, y que va a utilizarlo como apoyo para presentarnos su producto desde una perspectiva social. Esto es ya un gran avance metodológico! El producto es Airbnb, una web que sirve para reservar espacios para dormir en casas particulares en otras ciudades, ellos se encargan de la gestión, se llevan una comisión, garantizan la transacción y la apoyan con un seguro. Suena bien, además de la excentricidad de poder alquilar una habitación en casa de Pocholo (dicen que está), reduce los gastos e impacto ecológico del negocio hotelero (y sus puestos de trabajo). Así que le podemos dar el ok como aplicación que genuinamente aporta una solución parcial al impacto ecológico del turismo.

Después en la Sala Campus, escuché a Rosana Herman, una mujer muy simpática y divertida que nos contó curiosidades sobre el uso de Twitter que hacen los brasileños. Un uso cargado de bromas y memes graciosos que hacen bolas de nieve, flames simpáticos, acciones en enjambre, etc. Interesante por la curiosidad de mostrar otra ciber-cultura, y cómo las ciertos estilos nacionales se trasladan también a Internet. Venía con Bia Granja a la que no pude oir (¡estaba viendo a Kay!), presentando YouPix, un festival enorme que celebra la Cultura digital en Brasil (gratuíto para un público de unas 6.000 personas).

En el descanso volví a la Sala Telefónica – sala de conferencias económicas – para escuchar ya empezada la conferencia de Paul Walborsky, ex-ejectivo de Wallstreet y fundador de GigaOm, una plataforma de contenidos digitales. Un emprendedor “tecnocapitalista” que con su positividad (que no positivismo, que es muy otra cosa) arrolladora y su brillante oratoria en inglés (mejor que los de TED), “nos da la fórmula mágica para convertir una idea en una empresa de éxito” (Red Innova 2012). Tengo que decir que este hombre realmente me impresionó, sus palabras eran como caricias de sabiduría práctica sobre cómo construir una startup, o una organizacón o proyecto. Consejos sobre cómo trabajar, cómo organizar el equipo, cómo plantearse las cosas, etc. Información realmente valiosa desde un punto de vista práctica. Y sobre todo, mostraba una visión realista sobre el tema: no hay fórmulas mágicas, hay inversiones multimillonarias para hacer proyectos globales. “Si quieres hacer una empresa global necesitas un inversor que te de 1 millón de dólares, y para eso tienes que convencerle de que tu producto es rentable”, “primero se empieza invirtiéndo poco y cuando se ve que funciona puedes atraer más dinero” son algunos verbatim representativos de ese realismo.

Por último, volví a la Sala Campus donde Javier Pedreira “Wicho”, de Microsiervos nos invitó a una mesa redonda en la que @kurioso, @carmela_rios, @rosamariaartal, @adelgado y @jdelacuena nos hablaron de la brecha digital y cómo la sociedad es internauta (Wicho), de proyectos e iniciativas en red (Pepo Jiménez), de periodismo personal cubriendo el 15M (Carmela Ríos que ha ganado un Ortega y Gasset por esa cobertura), de periodismo “en las venas” o periodismo personal por necesidad (Rosa María Artal), de las #redadas del MediaLab Prado , (Antonio Delgado, que llegó a recordarnos lo de Timofónica y los movimientos de protesta por la banda ancha en los 90 – eso en la otra sala no lo dice…) y de la lucha jurídica por los derechos digitales de copia (Javier de la Cueva)… Vamos una muy buena muestra de lo que se cuece en la twittesfera y blogosfera alternativa española, o madrileña mejor dicho. Vino bien terminar volviendo al sentido común, y retomando un poco el contacto con la realidad de la calle, ¿o debería decir de la Red?

Nota de modificación: La referenca a Timofónica aparecía originalmente atribuida a Javier Pedreira, cuando en realidad lo mencionó Antonio Delgado. Ahora está cambiada de sitio.