Este libro sitúa la discusión en torno a la subjetividad contemporánea en el contexto del devenir de los imaginarios contemporáneos entre principios del siglo xx y xxi. En este proceso, el texto avanza la hipótesis de que la psicología ha quedado rezagada a la hora de conceptualizar el cuerpo y la subjetividad en una relación más íntima y orgánica con los aparatos tecnológicos. El libro explora, desde una perspectiva de análisis discursivo, las posibles razones para este rezago.
Al mismo tiempo el texto vincula resultados de investigaciones que arrojan información y puntos de reflexión sobre las formas de incorporación de la tecnología digital en la vida cotidiana y sus implicaciones para la formación de subjetividad. Hacia su parte final, se despunta una agenda de investigación. Esta agenda devuelve al terreno psicológico la posibilidad de un objeto de estudio que se aleje de las formas más comunes de abordar la relación del sujeto y la tecnología: la patologización del uso de los aparatos y de su instrumentalidad. Se trata de reclamar un abordaje más orgánico que implique conceder la posibilidad de un salto evolutivo que, lejos de abandonar el cuerpo, lo devuelva al foco del análisis, no como mero contenedor fisiológico sino como embodiment, sirviéndose de la fenomenología de Merleau-Ponty.
La discusión está organizada en ocho capítulos. En el primer capítulo se trazan las coordenadas teóricas que aportan puntos de reflexión para la relación entre los aparatos y los sistemas digitales de comunicación, el cuerpo y las formas de subjetividad. Se establecen relaciones dialógicas entre la fenomenología de Merleau-Ponty, el concepto de imaginario social de Castoriadis y el concepto de aparato cognitivo que se desprende de la propuesta teórica de Vygotsky –que permita pensar la relación humano-máquina de una forma más integrada, como proceso de incorporación (embodiment).
En el segundo capítulo, se analizan dos inventos de mediados del siglo xx para identificar sus referentes históricos y culturales, así como sus continuidades y discontinuidades con prácticas psicológicas y cotidianas contemporáneas, además de sus supuestos en torno al cuerpo: la Air Crib (Cuna de Aire) de Skinner y el Gesell Dome (Laboratorio de Gesell).
El tercer capítulo continúa esta discusión pero abriendo el camino para pensar sobre el lugar de las tecnologías digitales de visualización dentro de las prácticas investigativas de la neuropsicología y las conversaciones dilatadas que estas prácticas tienen con la cultura actual, más allá del escenario del laboratorio experimental.
El cuarto capítulo abre una discusión sobre las formas de construcción de identidades, conciencia y cuerpo de formas no reduccionistas. En esta discusión se examinan algunas propuestas provenientes de los estudios de tecnocultura que problematizan conceptos y formas de pensamiento referentes al tema de la construcción de la identidad, especialmente en el contexto de los ambientes multimediáticos. En el capítulo quinto se dedica especial atención al uso del teléfono celular en el contexto del cruce entre lo local y lo global. Mientras que en el capítulo sexto se discute desde una perspectiva de semiótica visual y textual un anuncio publicitario del que se desprenden tres ejes semánticos: la relación orgánico e inorgánico (seriedad e hibridez), la relación riesgo y seguridad (prácticas de control), así como la relación local y global (translocalidad). En el séptimo capítulo se retoma el tema de la construcción de género para realizar una breve pasada de balance sobre la relación mujer y tecnología desde el punto de vista de los discursos feministas. Finalmente, el octavo capítulo desarrolla una discusión en torno al tema de las redes sociales, en cuanto a su potencial como campo de investigación desde el punto de vista psicosocial.
Los capítulos se inician con un epígrafe que es un segmento de un cuento de ciencia ficción de los que se encuentran compilados en la selección de Groff Conklin (Ibáñez, 1971). Dichos cuentos se ubican en las décadas de 1950 y 1960. Como todo texto de ciencia ficción, al imaginar el futuro nos habla de su presente. Se espera que dichos fragmentos sugieran al lector diálogos sobre la diacronía de la relación entre tecnología, ciencia y vida. Este texto puede ser de interés para estudiantes e investigadores en disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades.
Al mismo tiempo representa un acercamiento inter y transdisciplinario que supone quiebres y reconstrucción de conocimiento en torno temas contemporáneos.